Conciderada una barrera política para favorecer a unos pocos, decomisaron 55 toneladas de carne en solo 17 meses. - Piedra OnLine

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lunes, 18 de agosto de 2014

Conciderada una barrera política para favorecer a unos pocos, decomisaron 55 toneladas de carne en solo 17 meses.

Son 3.200 kilos de carne por mes o un promedio de 107 kilos por día, o 4,5 kilos por hora. Esas son las cantidades de carne que vienen decomisando las autoridades sanitarias desde que se corrió la barrera contra la aftosa al sur del río Colorado.
Las estadísticas las dio a conocer la Funbapa (Fundación Barrera Patagónica) sobre la cantidad de decomisos de productos cárnicos que se hicieron en los 17 meses desde que se impulsó el nuevo status sanitario para esta zona sur del país.
El organismo tiene catalogados los secuestros de mercadería en “comerciales” y “no comerciales”, es decir aquellos intentos de contrabando que realizan particulares con pequeñas cantidades de carne y los que buscan establecer un negocio pasando carne para vender al por mayor, aprovechando la alta demanda de asado con hueso que hay en ciudades como Neuquén capital.
Son muchos los que quieren aprovechar su paso por las provincias de La Pampa o Buenos Aires para traer de contrabando el tan popular corte de asado de primera calidad a un precio que, aunque comprando como minorista, equivale a prácticamente la mitad del que se cobre en la capital neuquina.
Diferencias
Los números son muy significativos. En Santa Rosa, el kilo de asado de novillito (primera calidad) cuesta 50 pesos en la góndola de cualquier carnicería o supermercado. En Neuquén, para comprar carne de esa calidad, hay que pagar 100 pesos o más, dependiendo del comercio y del origen del producto.
En el caso del precio mayorista, es todavía menor. En La Pampa, el kilo de asado puede llegar a conseguirse en 35 pesos promedio, por lo que hay quienes intentan pasar la mayor cantidad de costillares posibles en vehículos particulares o camionetas. Algunos lo destinarán para el consumo particular, otros intentarán sacar alguna ganancia entre amistades y conocidos, aprovechando la enorme diferencia de precios.

Algo similar ya ocurrió en la zona cuando se instaló la barrera en Cipolletti (1992) y no había posibilidades de ingresar carne con hueso desde Río Negro. En ese caso, el mayor contrabando fue el denominado “hormiga”, ya que miles de personas que habitualmente transitan entre las dos provincias aprovechaban el precio para ingresar la mercadería a territorio neuquino.
Los controles no dieron abasto y las polémicas se multiplicaron en cada decomiso a vehículos particulares, hasta que la gente se dio cuenta de que podía ingresar la mercadería dentro del auto y no en el baúl, el único lugar que se podía inspeccionar. Finalmente, la barrera sanitaria se levantó sin ningún logro determinante para la sanidad de la región.
En negro
Aprovechando la fuerte demanda, el negocio de la carne es tan grande que en las oficinas de cualquier dependencia pública o privada circulan números telefónicos de “proveedores” de asado “del bueno” y a precios relativamente razonables. Hasta en las redes sociales se promocionan cortes con hueso provenientes de La Pampa, con total libertad.
En las carnicerías de barrio, en tanto, las ofertas son con un poco más de discreción. Los carniceros ofrecen asado de primera y recién cuando tienen confianza con el cliente reconocen el origen de la mercadería.


Controles
¿Son eficientes los controles que realizan las autoridades sanitarias? Los números de decomisos son impactantes, pero se desconoce la cantidad de mercadería que logra pasar por los puestos establecidos para evitar el contrabando.
Para los matarifes locales, la barrera es un colador que no sirve y termina perjudicando a los productores locales (ver aparte), aunque para las autoridades provinciales el nuevo status permitirá un mejor desarrollo de la actividad, ya que el productor local engordará y deberá faenar su ganado en territorio neuquino, fomentando la producción y los puestos de trabajo.
La barrera sanitaria que separaba el país entre el sur del Río Negro, libre de aftosa sin vacunación, y el Norte, libre pero obligado a vacunar, subió hasta el río Colorado a fines de febrero de 2013. Con esta medida se dejó de vacunar animales en la zona del Alto Valle de Río Negro, una parte de Neuquén y el partido de Carmen de Patagones, logrando un mejor status sanitario para la región.