El niño, residente en el barrio Los Telefónicos de la capital santiagueña, sufrió el incidente el sábado último y hoy permanecía en una sala de terapia intensiva del Centro Provincial de Salud Infantil (CEPSI), en estado crítico.
"Lo último que me dijo la doctora es que no podemos hacer nada. Hicimos todo lo que pudimos. Ojalá que haya un milagro porque la doctora no me da esperanza", dijo hoy la madre del pequeño, Berta Banegas, en declaraciones a radio LV 11 de Santiago del Estero.
Por su parte, el director médico del CEPSI, Leonardo Gamba, informó a la prensa que el menor sufrió un accidente casero que "por primera vez" se presenta en ese hospital.
"Hay pocos casos descriptos en la literatura y son aproximadamente tres los que ocurrieron a nivel país", aseguró.
En tanto, allegados a la familia dijeron que los médicos manifestaron que de esos pacientes solo uno pudo sobrevivir.
"Al aspirar la purpurina, ésta se fue a los pulmones. Al ser un producto que contiene cobre y plomo, considerados metales pesados, produce un tapizamiento e impide que el oxígeno pase a la sangre", explicó Gamba.
Banegas relató que su hijo estaba jugando con un silbato al que le colocó purpurina y comenzó a soplar, pero el polvo ingresó por las vías respiratorias y le provocó las lesiones.
Como se descompensó, los padres lo llevaron a la guardia del CEPSI, donde recibió oxígeno y se le controlaron los signos vitales, pero le dieron el alta.
Horas después volvió a ser llevado al hospital porque se había agravado y desde entonces permanecía alojado en la sala de terapia intensiva.
Las consultas realizadas por los profesionales locales a colegas de hospitales pediátricos de Buenos Aires no arrojaron resultados alentadores, al punto que desaconsejaron su traslado en un avión sanitario.
Banegas pidió que se advierta en las etiquetas del producto que contiene tóxicos de alto riesgo para la salud.
DyN
