Los secretos de YPF para sobrevivir al crudo "de promoción" - Piedra OnLine

Información del Mundo

sábado, 23 de mayo de 2015

Los secretos de YPF para sobrevivir al crudo "de promoción"

Por RobertoAguirre











robertoaguirre@rionegro.com.ar

El "hot sale" llegó a Vaca Muerta. A diferencia de la argucia comercial para tentar con dudosas ofertas a los desprevenidos consumidores, en el mundo petrolero la rebaja de precios vino para quedarse. Dicen que esta industria no se piensa en años, sino en décadas. Quizás aquí radique el optimismo de los hombres que bucean el subsuelo en busca del preciado hidrocarburo.

Uno de esos optimistas es Miguel Galuccio. El presidente de YPF está convencido de que lo del barril barato es una tormenta de paso. Aun así, repite a donde vaya su máxima para estas épocas difíciles: "El futuro de Vaca Muerta depende de la escala y la eficiencia".

"Hemos perforado 300 pozos en Loma Campana. Ninguna cuenca tuvo nivel de madurez en Estados Unidos por encima de los 1.000 pozos. Hemos aprendido muy rápido pero aún nos queda mucho por aprender", aseguró el CEO de YPF en un distendido diálogo que mantuvo con dos medios regionales, uno de ellos "Río Negro Energía".

La cabeza de Galuccio está puesta por estas horas en cómo bajar los costos de la empresa para el desarrollo de no convencionales. Y las estrategias atacan todos los frentes: desde el económico y comercial hasta el gremial y el técnico-operativo.

"Hemos perforado dos pozos slim hole, que no son casing drilling sino tubing drilling. Hay pocos proyectos en el mundo de este tipo", señaló el ejecutivo. Estas tecnologías permiten bajar sensiblemente los tiempos de perforación, en un sector donde cada minuto cotiza en dólares.


De forma paralela, YPF emprendió una renovación del parque de torres de perforación. Empresas como DLS o H&P trajeron unidades automáticas de última generación. Muchas de ellas son las que se bajaron de los campos en Estados Unidos, donde el shale sí sufre la baja del crudo. Para Galuccio, el escenario "abre oportunidades porque hay equipamiento disponible". "Las empresas ven con mayor amor la posibilidad de traer equipos a la Argentina; hace mucho que no se traen equipos de última generación", detalló.

Desde el punto de vista técnico, YPF también ensaya con "laterales más largos". Galuccio habló de la posibilidad de estirar mil metros más el recorrido horizontal de los pozos (que en general llegan a mil metros) y remarcó que los costos marginales son muy bajos. Detalló que este cambio se está pensando mayormente para el gas, cuyo precio es más atractivo por estas horas.

En ese sentido señaló que se estudia la cartera de proyectos de shale gas con la posibilidad de lanzar una etapa de desarrollo. Pero el "Loma Campana" del gas aún parece lejano. "Hay riesgos que aún no pudimos reducir en estos plays", remarcó Galuccio, aunque destacó el avance del piloto con Dow en el bloque El Orejano: "Nos fue bien, pero no sé si podemos duplicar equipos".

"Todas éstas son iniciativas no sólo para bajar de costos. Se trata de un 'step change', de cambiar de juego: esto puede salir bien o salir mal", arriesgó.

En ese nuevo paso se incluye también la modificación de la logística y los planes para comenzar a traer insumos –sobre todo arenas– a través del transporte ferroviario. El proyecto más cercano a concretarse es el de la unión de Dock Sud y Bahía Blanca con Contralmirante Cordero, la punta de riel más cercana a Añelo, el corazón del desarrollo no convencional.

Pero no sólo se ahorra dentro de los yacimientos. Hacia afuera, la empresa lanzó un agresivo plan que ya desató alguna polémica a nivel local, al aplicar descuentos en los contratos con sus proveedores.

Galuccio no sólo admitió esta situación, sino que la defendió. "Rebajamos precios, es normal en la industria", explicó, frente a una situación que generó algunos reclamos de parte de las cámaras locales.

"Crecimos muy rápido y los precios que tenemos por la escala que alcanzamos están más altos que los precios de afuera", señaló.

Por el otro, abrió un debate con los gremios para mejorar la productividad, quizás el driver más complejo de todos.

"El salario es un componente importante de la ecuación, pero está el otro, y es qué hacemos con la persona, cómo mejoramos la productividad", explicó Galuccio, quien evitó referirse a la posibilidad de establecer un techo en los sueldos para el sector, pronto a una paritaria que ya se vaticina dura.

"El salario es un componente importante, pero está el otro, y es qué hacemos con la persona, cómo mejoramos la productividad".

El debate sobre la productividad del sector obrero es complejo. ¿Cómo se mide esa productividad? ¿En caños bajados, en barriles obtenidos, en metros cúbicos de gas? Desde hace varios meses circulan algunos papers que argumentan que un petrolero argentino cobra menos en dólares que un estadounidense, pero éstos trabajan más horas (incluso de noche) y con turnos más restrictivos.

De todos modos, el propio sindicato aceptó poner en debate la cuestión para evitar la pérdida de puestos de empleo, en un sector que cobra los salarios más altos del país según las estadísticas del Indec.

CONTRASTES

Galuccio conversó con este diario la semana pasada luego del acto que encabezó junto con el ministro del Interior, Florencio Randazzo, en la localidad de Allen. Ese mismo día, unos 40 productores de manzanas y peras de la federación local bloquearon el acceso a la locación de Estación Fernández Oro donde se realizó el evento, que fue transmitido vía teleconferencia por cadena nacional.

El contraste era notorio. Mientras la fruticultura local vive una fuerte crisis de rentabilidad por la pérdida de competitividad y el cierre de mercados, el petróleo irrumpe entre las verdes chacras irrigadas del valle del Río Negro.

Rodeado por una valla con alambre de púas, un equipo DLS de última generación exploraba aquel día el subsuelo rionegrino, en busca de la riqueza que ya no genera su suelo. La torre se elevaba impoluta entre los verdes álamos, otrora cortinas naturales para las plantas de pomáceas que están en vías de extinción.

Para Galuccio, sin embargo, la convivencia es posible. Detalló el uso de perforación dirigida para minimizar el impacto así como de equipos eléctricos para reducir el ruido. Pero parece difícil congraciar estos dos mundos a pesar de que, en escalas separadas por varios cientos de millones de dólares, ambos viven una crisis común: el producto que venden cada vez vale menos.