La novedad es que el FPV fue separado del partido del intendente de Cutral Co (que se llama el Frente y la Participación Neuquina) y quedó en séptimo lugar.
Ahora comienzan los roces sobre las candidaturas hacia las PASO del kirchnerismo local, en las que Rioseco podría presentarse como precandidato a diputado nacional, mientras según dicen los medios el jefe de los espías Oscar Parrilli le propone “construir poder en la provincia” pero no presentarse como candidato a diputado, en una de esas actitudes que recuerdan al negociador que vuelve de la reunión y dice: “Muchachos nos cagaron, entré yo nomás” ….
De Rioseco se pueden decir muchas cosas, menos que sea tonto. A lo largo de los años ha ido construyendo su proyección política en la provincia con alianzas inestables pero que le resultaron útiles y hasta logró envalentonar a los alicaídos kirchneristas vernáculos que por un momento pensaron que tocaban el cielo con las manos y después de volver a perder con el MPN quedaron lamiéndose las heridas.
Pero para Rioseco, “el proyecto” es su propio poder. Y cuenta a su favor, si bien tuvo con un importante espaldarazo del gobierno nacional que volcó un enorme aparato en la última elección, con varias performances electorales exitosas y un poder territorial ampliado, ahora con el triunfo en Plaza Huincul.
El “kirchnerismo puro”, un espacio realmente muy reducido dentro de una coalición que incluye al PJ tradicional y distintos fragmentos del viejo Frente Grande, parte de la burocracia sindical de la CGT y algunos estudiantes, está empezando a pagar la falta de referentes con peso propio en la provincia.
Eso sí, aunque posa de progresista, Rioseco se pronunció por el proyecto presidencial de Scioli mucho antes que sus compañeros de coalición, lo cual a esta altura ya es más una convergencia que una divergencia.
